GRAN PODER
¡Ante Ti!
Con el alma hecha jirones,
Con un nudo en la garganta,
Con un mar de sin razones.
¡Ante Ti!
Con la tarea inacabada,
Incompletos mis perdones
Y el dolor hecho palabra
Que habla de sin sabores.
Cuando tiemblan los cimientos de la vida
Y se oscurece todo el horizonte.
¿Llegó el final de la partida?
No hay tormenta
Con más grandes nubarrones,
Busco puerto donde atracar
Con todos mis errores.
Se de sobra donde está la playa apetecible,
No se puede comprar el tiempo en mostradores,
Ni exigir a costa de todo lo exigible.
Y acabo dónde acaba siempre el sevillano,
Cruzo calles, doblo esquinas,
Un paso detrás de otro paso
Y en cada uno la herida
Se abre paso en un ocaso
Que ante Tu rostro termina.
¡Ahí!
Sentado en los bancos
Donde anidan las promesas,
Pues no hay madera
Que sepa más de peticiones,
Ni de rezos, ni plegarias, ni oraciones,
De rodillas que se clavan indefensas
Implorando tu clemencia y bendiciones,
Sobre el mármol frío la conciencia
Que se empeña en recordarte los errores.
¿Quién soy yo
Para llegar a tu presencia?
¿Quién,
Para pedirte a Ti favores?
Yo que siempre navegue en la indiferencia,
En aguas de poco calado,
Pecado sobre pecado,
Sin querer ver la evidencia
El dolor que sufren mis hermanos,
La injusticia, mi avaricia y tu pobreza
Van cogidas de la mano…
¿Cómo te pido perdón,
Si no perdono primero?
Si no soy capaz de mirar atrás
Y ver el daño que he hecho,
Si no le tiendo la mano,
Al que un día llame hermano,
Imponiendo mi razón y mi derecho,
¿Derecho a qué?
Por ese camino,
Solo a morir solo,
En el lecho del pecado y del olvido.
¿Cómo te ruego salud?
Si yo no ayudo al enfermo,
Solo miro mi flaqueza,
Mi falta de fortaleza,
Primero yo y yo primero,
Sabiendo que la riqueza
Comienza por la pobreza
Y el más pobre y más sincero
Será el primero en entrar
En el reino de los cielos.
¿Cómo te pido clemencia
Y te lleno de lamentos
Si no protejo al necesitado
Ni comparto lo que tengo?
Y tu sin embargo Señor,
Aunque te siga ofendiendo,
Siempre me estas esperando
En tu casa de San Lorenzo.
Y ahora te digo,
¿Cómo devuelvo ese amor?
¿Cuál es mi deuda Señor
Por seguir estando vivo?
¿Qué camino he de elegir?
Dime por donde tiro.
¿Cómo ayudo a otras personas
Que ahora pasan por lo mismo?
¿Cómo les puedo decir
Que Tu poder es infinito?
Que se agarren fuerte a Tu ser
Que es el único camino,
Que Tú estás siempre ahí
Para ayudar a tus hijos,
Que se llenen de Tu misericordia,
Que te recen con fervor
Que aún no está todo perdido,
Que luchen contra el dolor,
Que en Ti encontraran alivio.
Pero que Tú, no curas,
Cura el amor,
Cura la fe,
La fuerza que da quererte,
No seré yo Señor,
Quien vaya a hacerte
Culpable, Gran Poder.
De tanta muerte.
Que nadie marque mi camino entre los hombres,
Que nadie diga cuando tengo que rezarte
O cuando debo yo de hacer mis peticiones.
No deseo que se burlen de tu Imagen,
Que si quieren renegarte que renieguen,
Si no quieren ni mirarte que se aparten,
Que no vengan a imponerme con sus leyes
Cuando tengo que venir a suplicarte.
Me enseñaste a poner la otra mejilla
Y en mi perdón es donde encuentran fortaleza,
Se equivocan si al pensar que aquí en Sevilla
Dudaremos en salir a tu defensa.
No propongo enfrentamientos ni guerrillas
Y no impongo mis creencias por la fuerza,
Solo hablo de rezar un padrenuestro
Que se escuche en los confines de la tierra
Y en ese día que me encuentre ante tus ojos
De rodillas humillado en tu presencia,
Gran Poder que perdona nuestras deudas
Si me pides que perdone yo perdono
Aunque duela perdonar al que te ofenda.