Los días del gozo
En estos ritos no aprendidos que traemos en la masa de la sangre, el pueblo llano y soberano de Sevilla proclama colectivamente el sentimiento y la emoción de su fe, la cercanía familiar de lo divino:
Dios pone en su documento:
“Soy natural de Sevilla,
vecino de San Lorenzo”.
Su carné de identidad
es una color antigua
que le han gastao de rezar,
y un andar que es como humano
de este Señor sevillano
con su túnica morá…
Que va cargando la suerte,
echando la Zancá alante,
el Vencedor de la Muerte.
Pues dice el mismo papel:
“Mi oficio es salvar al mundo
y mi nombre, Gran Poder”.