Aunque las primeras noticias que certifican la celebración de una Novena a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder son de 1768, al menos desde el establecimiento en la Parroquia de San Lorenzo en 1703, se celebraban los cultos al Señor por la Epifanía. La novena tuvo un impulso determinante en la figura de la Orden de Hermanos Capuchinos, primero en los predicadores Fray Rufino de Sevilla ó Thadeo de Ubrique, pero sobre todo con la figura del Beato Fray Diego José de Cádiz, quien se encarga con cierta regularidad de predicar la misma desde 1773. Este mismo año, a instancias suyas, se coloca por primera vez al Señor en el Altar Mayor de la Parroquia de San Lorenzo, concediéndosele el Jubileo Circular de las Cuarenta Horas, conservado hasta hoy entre el cuatro y seis de enero. Era aquella una Novena de fechas distintas a la que perduró hasta 1970, puesto que el inicio era el 31 de diciembre y su extensión abarcaba las solemnidades de la Epifanía y la Circuncisión.
La Novena que escribió en 1799 el propio Beato Fray Diego J. de Cádiz y que se editó en numerables ocasiones desde entonces a nuestros días (la última en 2013), sigue siendo hoy un referente de la instauración moderna de los cultos de Hermandades y Cofradías de Sevilla.
Cabe destacar que la Novena al Señor no ha dejado de celebrarse ante ningún motivo desde su instauración a nuestros días (ya modificada en quinario desde la reforma de Reglas de 1970), destacando las particularidades de los años 1834, en el que se aplaza al mes de abril-mayo por el riesgo de propagación de la peste por acumulación de personas en lugares públicos, y 1876, cuando por estar en obras San Lorenzo, se celebra trasladando al Señor a la Iglesia del ex convento de San Antonio.
Auspiciados por las reformas del Concilio Vaticano II, los cultos se reducen en 1970 a un Solemne Quinario que da comienzo la tarde del primer día del año y que incluyen los tres días del Jubileo señalados desde 1773. Dichos cultos cuentan con predicadores de gran relevancia del ámbito local, nacional e internacional; incluyen dentro del ejercicio de cada noche el rezo del Santo Rosario, Quinario y Santa Misa. La noche del tres de enero se celebra la Vigilia de la Adoración Nocturna como preámbulo del Jubileo de las Cuarenta Horas. Mantiene igualmente la costumbre la Hermandad de celebrar el último día de Quinario, cinco de enero, la Santa Misa en latín. La tarde del seis de enero, en la fiesta litúrgica de la Epifanía del Señor o manifestación de su Gran Poder en la Tierra, celebra esta Pontificia y Real Hermandad su Solemne Función Principal como Instituto, haciendo al ofertorio de la misma Solemne Protestación de su Fe. Tras la Eucaristía se celebra en torno a la Plaza y Parroquia de San Lorenzo Solemne Procesión de Clausura con el Santísimo portado bajo palio.