Se conocen datos de la celebración de cultos en la tarde de los viernes al menos desde el s.XVIII, aunque debemos considerar desde el final del XVII la necesidad que tiene la corporación de crecer y extenderse para dar el debido cumplimiento a sus necesidades de culto en capilla propia. La salida del Convento del Valle, las premisas dadas a los frailes trinitarios para la construcción de una capilla con salida independiente a la calle y la definitiva llegada a su capilla de San Lorenzo, son signos inapelables de cómo la devoción al Señor iba creciendo y como ésta se encauzaba hacia los viernes. Sin duda, como la historia de la corporación, la devoción al Señor se vio muy acrecentada con la llegada a San Lorenzo primero y con la figura del Beato Fray Diego de Cádiz después, retomándose con éste la exposición los viernes del Santísimo en la capilla, en acto que poco debió diferir de los cultos que desde entonces se dedican al Señor.
El primero Párroco de San Lorenzo y después Arzobispo y Cardenal de Sevilla, hoy Beato Marcelo Spínola y Maestre, será igualmente determinante desde los años finales del s.XIX en el engrandecimiento de la devoción al Señor y en la costumbre a visitarlo los viernes. Durante sus años de párroco se recrece la capilla, se la dota de camarín más amplio y se accede constantemente al besapiés del talón del Señor.
Para unirse a los miles de devotos que cada semana pasan junto al Señor, la hermandad mantiene aquellos cultos, que con la aprobación de cada regla sucesiva se fueron adecuando a los tiempos, hasta configurar el actual Miserere. Al final de la tarde de cada viernes del año, presidido por el estandarte y los oficiales de la corporación, con la compañía de un siempre nutrido número de hermanos con cirios encendidos, se celebra el culto, que consta en una breve reflexión del Evangelio del día, rezo del Credo, Salve y Preces por los hermanos difuntos. Al finalizar el mismo se toma juramento de Reglas a los nuevos hermanos. En los viernes de Cuaresma, el Miserere se sustituye por el rezo del Vía Crucis.