Iniciado en los años 30 del pasado s. XX, el Besamanos a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder es hoy uno de los hitos anuales de visitas a la Basílica, emoción y oración en torno a la imagen del Señor y los valores espirituales que ésta refuerza cada día con el pueblo de Sevilla.
Aunque su organización cuando la cofradía estaba aún en la parroquia, respondía al momento en el que la imagen estaba fuera del altar de la capilla y más cercano a los fieles al pasar a su paso procesional, pronto el Besamanos del Señor se quedó corto en su duración en el tiempo (originariamente circunscrito al Martes Santo al colocar a la imagen sobre el propio paso) para extenderse hasta ocupar en las siguientes décadas las cuatro jornadas en las que se desarrolla en la actualidad, auténtico pórtico de nuestra Semana Santa.
La imagen baja desde su altar de la Basílica en la media noche del Viernes de Dolores, ubicándose en el presbiterio. Desde allí preside durante cuatro días su anual Besamanos, que desde la reforma de Reglas de 2019, se inicia en la mañana del Sábado de Pasión, en lugar de en la noche de dicha jornada -tras la celebración de la la Misa de Apertura- como hasta dicha reforma se hacía. Durante el Sabado de Pasión, Domingo de Ramos, Lunes y Martes Santo, desde primera hora de la mañana hasta la noche, son constantes las largas filas de personas, fieles devotos, quienes alrededor de la Basílica, la plaza y las calles adyacentes esperan su encuentro anual, cara a cara, con el bendito rostro del Señor y llevar la redención del beso en las manos que sostienen el poder y el imperio del Universo.