La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso es, desde hace más de cinco siglos, parte de la historia de la Iglesia y de la ciudad de Sevilla. Esa incidencia en la historia y peso propio dentro de ella, viene marcada por sus orígenes, creídos en torno a 1431, pero inevitablemente marcada por otras dos fechas cruciales. Por un lado la creación en 1620 de la Bendita Imagen del Señor del Gran Poder, a la que Juan de Mesa, el pueblo y la Hermandad le ungieron, rezaron y mantuvieron el culto que hoy la hacen universal. Del otro, su llegada en 1703 a la Parroquia y el barrio de San Lorenzo, en los que la Hermandad crecerá y se harán un solo cuerpo.
De los orígenes en 1431 de la Cofradía del Traspaso al Señor del Gran Poder
La historiografía ha señalado los orígenes de la actual Hermandad del Gran Poder en el s. XV, cuando bajo el título de Cofradía del Poder y Traspaso de Nuestra Señora y Honra de San Juan Bautista, figuró como cofradía de luz en el Convento de Santo Domingo de Silos de la orden de San Benito, (posterior Parroquia de Belén). Se vincula la fundación con el protectorado del Ducado de Medina Sidonia, aunque habría que entenderlo referido a los Condes de Niebla, que asumirían el Ducado de Medina Sidonia una vez creado en 1445 mediante privilegio otorgado por Juan II de Castilla. La primera constancia de orden reglamentario se establece por referencias a las reglas aprobadas en 1477 por el obispo de Cádiz, Pedro Fernández Solís. En esa fecha la corporación ocupaba en el Convento de Santiago de la Espada la capilla de su fundador, Lorenzo Suárez de Figueroa, Obispo de Badajoz allí enterrado en 1461. El traslado se había llevado a cabo durante el gobierno de la diócesis hispalense de Gutiérrez Álvarez de Toledo (1439-1442). La Capilla del Obispo, en la que había de permanecer la Cofradía hasta 1544, se encontraba aneja a la nave del templo del actual colegio de las Mercedarias de la Asunción, con fachada a la calle Guadalquivir. Mediante referencias de los libros de visitas de 1501, sabemos de la veneración de dos imágenes de bulto en la mencionada capilla, que bien podrían ser las de los primitivos titulares. En 1544 el Arzobispo Fray Gaspar de Loaysa le concede capilla propia en el Convento franciscano de Santa María del Valle (actual Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud), aunque por obras de reforma en aquella debió volver entre 1575 y 1583 a la anterior sede de Santiago de la Espada, estableciendo por ello Carta de Hermandad con la institución caballeresca.
Desde la llegada al Convento del Valle la cofradía persiguió su transformación en institución de penitencia o de sangre, aportando nuevas reglas ratificadas en 1570. En ellas se especifican los orígenes de la corporación, las sedes y las reglas anteriores, así como datos referentes a las festividades solemnes y a la estación de penitencia a cuatro templos cercanos en la tarde del Jueves Santo. Se describen como titulares un Nazareno con la cruz a cuestas, un Crucificado (la hermandad encarga uno nuevo en 1576) y la Virgen acompañada de San Juan. En esta sede extramuros alcanzó gran desarrollo la corporación, con una capilla que necesitó ampliaciones hasta su ruina y venta definitiva en 1695 por desavenencias con los frailes franciscanos. Desde el Convento del Valle realizó la primera estación en 1621 el Señor del Gran Poder. La portentosa imagen, referente devocional de la ciudad, la creó en 1620 Juan de Mesa y Velasco, aunque este dato no se supo hasta que en 1925 se documenta la obra, encumbrando desde entonces al maestro cordobés. En el mismo contrato, concluido el primero de octubre de 1620, se ejecutó la actual imagen de San Juan, primitivo titular con la Virgen del Traspaso. Aquí se estrena también en 1692 el paso procesional del Señor, labrado por Francisco Antonio Gijón y considerado paradigma del paso procesional sevillano.
La cofradía y el barrio de San Lorenzo
Al final del XVII la Cofradía busca de nuevo sede. Así, en 1694 establecen escritura con la Orden Descalza Trinitaria para labrarse capilla propia en el convento de la actual plaza de San Pedro. La intención de la Hermandad de abrir la capilla todos los días al público con puerta propia a la calle, paraliza las obras e inicia largo pleito con la Orden. Cuando se solventó a su favor, la Hermandad ya había decidido vender la fábrica y trasladarse provisionalmente al Colegio de la Orden Agustina de San Acasio (en la actual Pedro Caravaca/Sierpes), según orden dictada por el Arzobispo Juan de Monroy en 1697. El 16 de abril de 1703 se establece la corporación en la Parroquia de San Lorenzo, en la Capilla de los descendientes de Alonso Fernández Treviño, registrada la cesión en escritura pública desde dicha fecha. Durante los primeros años son constantes los recrecimientos de esta capilla con terrenos tanto parroquiales como cedidos por el Ayuntamiento. La fisonomía actual de la capilla responde a la última de las reformas de la Hermandad, especialmente entre 1895 y 1902 bajo la dirección de Gonzalo Bilbao.
En 1777 se incorpora a la nómina de las cofradías de la Madrugada del Viernes Santo, lo que genera décadas de pleitos. Fruto de ellos, hasta 1791 no se reciben aprobadas nuevas reglas en las que ya aparece la estación modificada y en la que figuran los títulos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, mantenidos en las sucesivas transformaciones y modificaciones de reglas en 1915, 1948, 1963, 1970, 1979, 1988 y 2001, hasta las presentes de 2010. Solventado un primer pleito con la Hermandad del Silencio, entre 1791 y 1797, disputa su posición en la nómina con la Hermandad de las Tres Necesidades (La Carretería), hechos que estuvieron a punto de concluir con la extinción de ambas cofradías. En 1827 inician disputas por iguales motivos con la Cofradía de la Sentencia. La ruptura de la entente cordial entre ambas en 1902, generó la conocida concordia entre la Macarena y el Gran Poder, promovida por el Arzobispo Marcelo Spínola en 1903.
Del s. XIX al XXI, el Señor de Sevilla y la creación del modelo de cofradía
El germen mantenido a lo largo de los siglos de las predicaciones de Fray Diego José de Cádiz, su Novena dedicada al Señor de 1799, los cultos de cada viernes y la apertura constante de la Capilla o la Basílica, aumentan cada vez más la devoción al Señor. La Hermandad contará en la Parroquia con un segundo gran benefactor, el Beato Marcelo Spínola y Maestre, quien desde su labor como párroco, miembro de la Junta de Gobierno, Cardenal de Sevilla y Hermano Mayor Perpetuo, difundió la veneración al Señor en el cambio del s. XIX al XX. Con la Hermandad también ya en la Parroquia de San Lorenzo se realiza la nueva talla de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, obra anónima encargada en 1798 junto a su actual corona. La configuración procesional de la Santísima Virgen se debe en cambio al s. XX, cuando se realiza el palio clásico de cajón, bordado como el manto y los respiraderos por Juan M. Rodríguez Ojeda entre 1902 y 1904. Salvo la peana, obra cumbre de la orfebrería dieciochesca concluida en 1781, las labores de plata del palio se ejecutan entre 1935 y 1948, obra de Jorge Ferrer excepto las jarras de la delantera, de Jorge Medina y los candelabros de cola, de Cayetano González. En estos primeros años del siglo XX se fija igualmente la ya tradicional iconografía del Señor, con la túnica morada lisa con la que habitualmente procesiona desde 1910, las potencias en oro de ley de 1915, y las reformas de su paso procesional concluidas en 1909, tras la incorporación de los faldones bordados por Rodríguez Ojeda y los cuatro faroles de plata dorada.
La devoción creciente al Señor del Gran Poder y la constante asistencia de fieles a la Capilla va a marcar la historia de la Hermandad durante todo el s. XX. Tras barajar numerosas posibilidades y maneras de encontrar nueva sede, será finalmente junto a su Parroquia de San Lorenzo y en 1965 cuando se bendice el actual Templo del Señor, desde 1992 por bula pontificia de Juan Pablo II, Basílica Menor. También desde 1926 y en la calle Hernán Cortés, contaba la cofradía con la primera casa propia dedicada a la gestión y confraternización, en una idea hoy extendida a todas las corporaciones sevillanas. Igualmente, en 1953 la Hermandad funda la primera Bolsa de Caridad de Sevilla.
Además de mantener especiales vínculos fraternos con la Hermandad de la Macarena en virtud de la concordia suscrita, la Hermandad del Gran Poder está hermanada con la de Santa Genoveva, según Carta de Hermandad de 1965 y con la Orden de Frailes Menores Capuchinos, a la que perteneció el Beato Diego José de Cádiz, en 1995. A lo largo de España e Iberoamérica, son numerosas las hermandades filiales y con la advocación de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, y que veneran réplicas de la bendita talla del Señor.
Vinculada desde antiguo a la Corona y la nobleza, —ante el Gran Poder han orado Felipe V, José Bonaparte, Fernando VII, los Duques de Montpensier, Isabel II, Alfonso XII o Alfonso XIII—; dos veces agregada a la Basílica de San Juan de Letrán (1500 y 1732), con indulgencias de los pontífices Clemente XII, Inocencio XIII, el beato Pío IX, San Pío X, León XIII o el beato Juan Pablo II, también en 1995 el Señor recibió los honores del Cabildo Municipal, que le otorgó su mayor distinción, la Medalla de la Ciudad. Todos estos reconocimientos ennoblecieron a la corporación, aunque el mejor título ya se lo había otorgado la devoción del pueblo, advocando y venerando a la Bendita Imagen como el Señor de Sevilla.