En la tarde de este jueves 1 de octubre se celebró la Santa Misa de Pontifical en acción de gracias por el IV Centenario del Señor.
El Pontifical fue una cuidada ceremonia dispuesta por la Hermandad en la Plaza de San Lorenzo, a la que pudieron asistir casi 400 invitados, pero que fue seguida por miles de personas de todo el mundo gracias a la emisión desde la Televisión e internet. En la presidencia del Pontifical, las más altas autoridades de la Iglesia, con la presencia del Cardenal Ayuso, del Arzobispo de Sevilla y el Arzobispo castrense. En los invitados, los más altos representantes políticos, con el presidente de la Junta de Andalucía y el Alcalde de la Ciudad, del ejército y de los cuerpos de seguridad del Estado, así como de las instituciones universitarias o académicas, hermanos con muchas décadas de fidelidad a la Hermandad y devotos anónimos de este Señor que lleva reconfortando almas 400 años.
A hombros de quienes participan activamente en la Bolsa de Caridad y en el programa 2020 en los barrios más humildes de la ciudad, a las 20h. en punto de la tarde, el Señor salía a la plaza y todo volvía a encajar en su sitio: las oraciones contenidas, el oro, el silencio, la quietud de su plaza, la cadencia de los pasos, el tiempo que pareció congelado e inmóvil frustrando tantas vidas y esperanzas en los meses más oscuros de nuestras vidas.
La Santa Misa en acción de gracias contó con un cuidado repertorio musical y la perfección de la liturgia, regalándonos el Cardenal Miguel Ángel Ayuso una hermosa homilía recopilando el valor para la Iglesia de la Sagrada Imagen del Señor en estos 400 años, pero también la proyección hacia la que orientar este don recibido. Compasión, bondad, mansedumbre, esperanza, paciencia, misericordia fueron conceptos que nos evidencian el rostro y el ejemplo de Jesús del Gran Poder, en un discurso perfectamente hilado desde el conocimiento de quien también recibió al Señor de Sevilla desde niño.
Poco antes de las 22h. con su entrada en la Basílica finalizaba el acto de esta acción de gracias eterna hacia quien es el Poder y el Imperio de nuestras vidas.
Agradecer a todas los organismos y personas encargadas de la organización del acto su generosidad hacia la Hermandad del Gran Poder y sus devotos; y, de una manera especial, a todas las personas asistentes por cumplir las normas sanitarias dictaminadas por la pandemia.
Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, ten misericordia de nosotros.
Galería gráfica: D. Miguel Ángel Osuna